¿Qué es la Autoestima y para qué sirve?

Este artículo fue elaborado por la Mg. Ingrid Argüello.

Desde la psicología es definida como la valoración intima que hace la persona de sí misma y está relacionada con: Autoconcepto, autoimagen, autoeficacia, autorespeto, entre otros autos. Conducir un camino directo a la dignidad personal, a la estima propia y el amor a sí mismo, son vías vitales para encontrar características y cualidades positivas del individuo. Sin embargo, para algunas personas no es fácil reconocerlas.

Al no encontrar “La autoestima”, empiezan a desestimarse y perder el aprecio de si, para muchos este concepto ha sido desvalorizado en espacios sociales y familiares lo que incrementa en la persona episodios de inseguridad o ansiedad; debido a un concepto personal equivocado.

La autoestima nos sirve para crecer en el mejoramiento personal y psicológico, en el reconocer sin temor las virtudes y fortalezas que tenemos, integrándolas para desarrollar la vida, volcándolas hacia los
demás, quererse a sí mismo ignorando las exclusiones de dicen terceros, aumenta el amor propio.

Para poder identificar los factores que pueden disminuir la autoestima desde su origen es necesario reconocer:

1. ¿Que tanto nos conocemos como persona? Qué pensamos de nosotros mismos y qué tanto consideramos que quienes nos conocen piensa bien de nosotros. De esto dependen del buen o el mal uso que le damos a esa información.
2. ¿Como son nuestras relaciones de apego? Las relaciones tempranas de padres e hijos son conocidas como “apego” las cuales son vitales para configurar el futuro de la autoestima de la persona.
3. ¿Cómo es mi estima social? La estimación propia no viene del vacío viene de la introspección y de cómo somos percibidos o estimados por los demás.
4. ¿Cómo fueron nuestras relaciones entre padre e hijos?

Se ha identificado que en algunos casos hay hijos con baja autoestima debido a las actitudes de sus padres, es por ello por lo que se recomienda en estas relaciones fomentar:

• La aceptación incondicional a los hijos.
• La implicación en la relación padre-hijo.
• La coherencia personal.
• Presentar un estilo educativo que fomente limites claros y precisos. (Newman y Newman, 1987)